COVID-19 por los ojos

Hay gente que se pregunta si se puede uno contagiar del COVID-19 por los ojos, cómo afecta a nivel ocular y más dudas. En este artículo tienes las respuestas.

El coronavirus ha llegado a nuestras vidas y desde hace más de un año hemos tenido que aprender a convivir con el coronavirus. Grupos de expertos y científicos ya han establecido que el COVID-19 se contagia a través de los aerosoles.

A últimos del mes de abril de este año la OMS (Organización Mundial de la Salud) aludió a este modo, los aerosoles, como una manera de transmisión. Sabemos que la enfermedad afecta especialmente a las vías respiratorias, pero también puedes verte afectado por el coronavirus por los ojos. Según informes recientes avalados por la American Academy of Ophthalmology todo indica que el coronavirus puede provocar conjuntivitis víricas e incluso inflamación conjuntival en pacientes infectados por COVID-19. De esto se concluye que el coronavirus COVID-19 tiene presencia en las secreciones conjuntivales en los pacientes infectados por el virus.

En España ya hay investigaciones que describen propiedades clínicas de la conjuntivitis en una gran lista de pacientes. Según estas investigaciones padecer conjuntivitis hace sospechar que este sea el primer indicio de haber contraído coronavirus COVID-19.

¿Puedo contagiarme del COVID-19 por los ojos?

La respuesta a la pregunta de si podemos contagiarnos del COVID-19 por los ojos es . Se sabe que la vía de contagio principal se produce por la expulsión de gotas de saliva cuando hablamos, tosemos o estornudamos, pero también existe el contagio producido por no llevar mascarillas que son las que impiden el contagio por el efecto de aerosoles y por una mala limpieza y desinfección de manos, ya que a través de las manos podemos contaminarnos a nosotros mismos al frotarnos la boca, nariz u ojos y también transmitir el virus cuando tocamos a otras personas.

Las autoridades sanitarias, aconsejan el lavado usual de manos con agua y jabón como la forma más segura de prevención de contagios.

¿Cómo afecta a los ojos? ¿Cómo nos afecta el COVID-19 a nivel ocular?

A parte de los ya sabidos síntomas más comunes que aparecen cuando padecemos COVID 19, como problemas respiratorios, tos, fiebre, fatiga… las afecciones oculares que podemos sufrir son: picor, escozor, sensación de arenilla, lagrimeo, inflamaciones de parpados; todos estos síntomas se traducen en una probable conjuntivitis vírica.

Estos problemas normalmente se solucionan con lagrima artificial o un simple colirio y suele durar entre una o dos semanas, pudiéndose alargar hasta cuatro semanas. Por el momento no se han descubierto consecuencias visuales ni secuelas importantes asociadas. Si tenemos alguno de estos síntomas o se agrava la situación lo recomendable es acudir al oftalmólogo para que nos pueda pautar el tratamiento más adecuado en nuestro caso, dependiendo de la gravedad, ya que no todos los colirios o lágrimas artificiales tienen el mismo efecto o finalidad.

¿Está perjudicando a tus ojos el uso continuado de la mascarilla por el COVID-19?

Estamos de acuerdo y es algo sabido, que el uso de mascarillas sanitarias disminuye el peligro de contagio, pero estamos advirtiendo que su uso continuado a lo largo de las horas es capaz de provocar distintos problemas oculares.

En Clínica oftalmológica Coro hemos visto un incremento significativo de dolencias oculares descritas por un aumento de casos de pacientes que acuden a consulta con sequedad ocular (ojo seco) y con orzuelos o chalaziones.

El continuo uso de las mascarillas está dañando nuestra salud ocular, el aire que exhalamos al respirar se escapa por la parte superior de la mascarilla subiendo por los espacios ubicados a los lados de la nariz y la mascarilla llegando a nuestros ojos, se transforma en una corriente de aire caliente que reseca la superficie ocular produciéndose el síndrome del ojo seco. Este flujo de aire sobre los ojos que se produce por un mal uso de la mascarilla al no ajustarse bien a la nariz, origina una rápida evaporación de la lágrima fomentando así una sequedad ocular más habitual de lo normal. Síntomas como el picor, escozor, borrosidad… son algunas de las manifestaciones del síndrome de ojo seco.

Los continuos cambios de humedad producen alteraciones bacterianas propias del ojo, fomentando la aparición de infecciones (orzuelos o chalaziones) y alterando el PH de la zona de los parpados.

Aconsejamos parpadear frecuentemente y el uso de lágrima artificial para hidratar y mantener la humedad en los ojos. Las lágrimas ayudan a proporcionar una lubricación extra para evitar que los ojos se sequen, se pueden conseguir en farmacias, hay que aplicarlas las veces que sean necesarias para así evitar la sequedad. Para impedir la aparición de infecciones recomendamos limpiar la superficie ocular para mantener buena higiene palpebral, limpiando los parpados 1 o 2 veces al día.

Los aires acondicionados resecan el ambiente así que su uso es mejor reducirlo en la medida de lo posible, en su caso la utilización de humidificadores de aire favorecen la disminución de molestias ocasionadas por la conjuntivitis u ojo seco.

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