1. Evita la exposición prolongada al sol y protege tus ojos con lentes de calidad que filtren las radiaciones nocivas. Recuerda que sólo un profesional óptico puede garantizarte gafas de calidad y asesorarte sobre la lente más idónea para ti.
  2. El viento y las actividades al aire libre incrementan el riesgo de entrada de cuerpos extraños en los ojos, sequedad e irritabilidad. Para evitarlo utiliza colirios de lágrimas artificiales y si eres usuario de lentes de contacto, cuida su limpieza y no dejes el estuche expuesto al sol.
  3. El agua de mar o piscina, el aire acondicionado o frotarse los ojos tras tocar hierba o arena, puede irritar los ojos y ser vehículo de transmisión de infecciones oculares. Limpia bien tus manos y utiliza gafas especiales en caso de practicar cualquier tipo de deporte acuático.
  4. Acude al especialista, especialmente si tienes antecedentes familiares de enfermedades oculares o sientes molestias, y recuerda que para disfrutar del buen tiempo, no hay nada como la tranquilidad de una revisión, sabiéndose sano para disfrutar el resto de la temporada.