Cuando empieza el buen tiempo deseamos disfrutar al máximo de las buenas temperaturas. Los días más largos así como los planes al aire libre, nos exigen protección para nuestra piel de los rayos del sol; pero ¿por qué si utilizamos una crema con factor de protección solar no cuidamos del mismo modo también nuestros ojos? A menudo la compra de gafas de sol se ciñe únicamente a factores estéticos y no al principal propósito de este complemento: la protección de los ojos de los rayos ultravioletas. La elección de las gafas de sol, de hecho, debería basarse fundamentalmente en dos factores: en primer lugar que proporcione una visión confortable y segundo que cuente con una lente que garantice máxima protección; sólo después de cumplir estos dos requisitos debería valorarse el componente estético. Es innegable que las lentes de espejo se han convertido en tendencia y, lo que antes únicamente utilizaban los deportistas por cuestiones técnicas y de mejora de rendimiento, ahora se ha convertido también en una cuestión estética. Sin embargo, lo que pocas veces nos preguntamos a la hora de adoptar una nueva moda es qué beneficios tiene, en este caso sobre la salud de nuestra vista.