Coincidiendo con la vuelta al cole, los niños en los cambios de curso, o de profesor pueden mostrar problemas visuales. Hay que vigilar si el niño se distrae más de lo normal, si se fija más en los compañeros que en la pizarra. Si se tropieza, si está más lento o torpe de lo normal. Si le han dejado de interesar los móviles o las Tablet. Si se pega mucho a las cosas. Si se le enrojecen los ojos, le duele la cabeza o tuerce los ojos cuando está cansado, nervioso o enfermo.

Todos estos signos y síntomas suponen una alerta para realizarles un control visual-oftalmológico a sus hijos.

Es recomendable revisar al niño a cualquier edad, siendo a partir de los tres años de edad cuando se pueden hacer las primeras revisiones visuales con buena fiabilidad. El desarrollo de la visión se realiza aproximadamente hasta los siete años, cuando todavía el sistema visual es fácilmente modelable. Así que hay que estar muy atentos antes de esa edad. A partir de ahí es muy complicado corregir alteraciones.