Una de cada cuatro mujeres sufre trastornos oculares por el maquillaje. Los más comunes son las alergias, irritaciones, y erosiones, que producen dolor, picor, enrojecimiento, sensación de arenilla, de escozor, de cuerpo extraño, etc.

Para no tener este tipo de lesiones, lo ideal es evitar el mal uso del maquillaje, tratando de que no entre en contacto con la superficie ocular.

Uno de los problemas habituales del maquillaje es el taponamiento de las glándulas del borde del párpado, cuando hacemos “la raya por dentro”. Obstruimos esas glándulas y la cantidad de lágrima disminuye (con el peligro de cronificarse), y la consecuencia de picor, escozor, arenilla.

Otro de los problemas son las reacciones alérgicas a los componentes del maquillaje, en cuyo caso sería recomendable hacer pruebas de alergia y probarlos en otras zonas de la piel antes.

Las erosiones mecánicas que el propio polvo del maquillaje produce al entrar bajo los párpados también son causantes de irritaciones.

En todos estos trastornos oculares la recomendación es acudir al oftalmólogo para hacer una evaluación y así aplicar el tratamiento más apropiado.

Maquillar por las zonas adecuadas, con productos hipoalergénicos y compatibles con nuestra piel y desmaquillar adecuadamente, son los secretos de una relación razonable con los maquillajes.