Las lentes de contacto tienen múltiples ventajas a la hora de viajar, de hecho son una de las mejores opciones en cuanto a comodidad ya que a diferencia de las gafas, nos permiten disfrutar del campo de visión en su totalidad, con una calidad perfecta. Con los cuidados adecuados, no hay ningún problema en usarlas mientras estás de viaje, aunque sí es cierto que hay que ser muy estrictos con la higiene de las lentes.
Si tu viaje es en avión, los expertos recomiendan no utilizar lentes de contacto durante las horas de vuelo, ya que el ambiente en cabina es muy seco y nuestros ojos podrían sufrir síntomas de incomodidad. Otra razón para no utilizarlas durante el vuelo es que, si vamos a dormir, nuestros ojos se resecarán y necesitaremos gotas humectantes.
Lleva kit de lentes de contacto de viaje en el equipaje de mano
Si aun así quieres utilizarlas, consulta con tu óptico-optometrista para que te aconseje sobre soluciones humectantes y las gotas adecuadas para el uso de tus lentes de contacto. Si vas en avión es imprescindible llevar siempre en el equipaje de mano un kit que incluya lentes de contacto de repuesto, junto con líquidos de mantenimiento y por supuesto nuestras gafas (necesarias para las horas en las que no llevamos lentes de con tacto). De esta manera, en caso de perder nuestro equipaje, tendremos a mano un repuesto, y todo lo necesario para poder ver correctamente y conservar nuestras lentes en buen estado.
En el mercado existen muchas opciones específicas para viaje, como son las soluciones para lentes de contacto en botes de menos de 100 ml., que podemos llevar junto con nuestros repuestos en cabina.
Otro truquito muy sencillo que te puede ser muy útil, es llevar siempre tus porta lentes o botes de soluciones en bolsitas con cierre hermético. Durante los vuelos, la presión en cabina, puede hacer que los botes sufran pequeñas fugas, por eso si utilizamos este tipo de bolsas, además de ser muy útiles para pasar el control en el aeropuerto, evitaremos que el resto del equipaje llegue mojado a su destino y que nuestras lentes de contacto lleguen secas.
¿Qué ocurre cuando viajamos a un país donde las condiciones de higiene no son buenas? Las lentes desechables diarias son la mejor opción para estos casos. Con este tipo de lentes, no tenemos que transportar los líquidos y es un método muy recomendado para evitar problemas de higiene en los ojos.
Utiliza bolsas herméticas para las soluciones de mantenimiento
Cada día estrenaremos una lente nueva y limpia, que tiraremos a la basura al final del día, evitando infecciones a través de nuestro estuche porta lentes. Otro aspecto a tener en cuenta es que al igual que en nuestro día a día, cuando vayamos de viaje, debemos combinar el uso de lentillas con el de gafas. Durante los viajes, nuestros ojos hacen un esfuerzo mayor ya que son muchas horas en las que nuestros ojos trabajan sin descanso y por lo tanto muchas horas con las lentes de contacto puestas. Alternando el uso de gafas y lentillas, evitaremos las molestias por sequedad en el ojo.
Además, no olvides tus gafas de sol, que son un complemento básico de las lentes de contacto, muy importante para proteger nuestros ojos de los rayos de sol, sobre todo en lugares donde el clima es más seco.
Sigue los consejos de tu óptico-optometrista para estar cómodo también cuando viajas