glaucoma

¿Qué es el glaucoma?

El glaucoma es una enfermedad crónica que no produce dolor pero que progresa lentamente. Se determina por la pérdida de visión como resultado de daños en el nervio óptico. El glaucoma, también conocido como la “ceguera silenciosa”, es una de las principales causas de ceguera en el mundo.

 

Síntomas del glaucoma

Se manifiesta debido a una lesión en el nervio óptico a causa de un aumento de la tensión ocular durante un tiempo. Esta lesión hace que se vaya perdiendo la visión de los laterales, lo que llamamos visión periférica, y pasado el tiempo la visión es similar a la imagen que obtenemos cuando miramos a través de un túnel. Es esencial el diagnostico precoz de la enfermedad, ya que en la mitad de los casos el paciente no sabe que la padece y no presenta síntomas lo que dificulta su detección. Si no se hace un diagnóstico y se trata convenientemente puede causar la perdida de la visión de carácter irreversible del ojo afectado.

 

Factores de riesgo para padecer glaucoma

A día de hoy se ignora que factores de riesgo pueden llevar a padecer glaucoma. Los estudios realizados no arrojan una asociación clara a motivos como el consumo alto café, tabaco, grasas, azúcar o sal.

Según la Academia Americana de Oftalmología los factores de riesgo a tener en cuenta para padecer esta enfermedad entre otros son:

  • Hipertensión ocular mayor a 21 mmHg
  • Tener más de 40 años
  • Paciente con altas miopías
  • Padecer diabetes
  • Ser hipermétrope
  • Personas con un consumo continuado de corticoides
  • Antecedentes familiares

Causas del glaucoma

El agente más importante vinculado con la aparición y progreso del glaucoma es el aumento de la presión intraocular, sobre este factor podemos intervenir para impedir y graduar su desarrollo.

El líquido transparente que se localiza en la parte interna del ojo llamado humor acuoso cumple las funciones de conservar estable la presión intraocular y la estructura del globo ocular, aportando nutrientes a la córnea y el cristalino. Cuando se genera una inestabilidad entre la producción del humor acuoso y su capacidad de eliminación, se produce un aumento de la presión interna del ojo llamado hipertensión ocular. Si este aumento se alarga en el tiempo puede provocar daños en el nervio óptico con la consiguiente pérdida de visión irreversible.

 

Detección y diagnostico

Como hemos dicho una detección precoz se traduce en la necesidad de hacer controles mediante revisiones periódicas al oftalmólogo, por la falta de síntomas es fundamental descubrir a tiempo cualquier alteración inicial.

Si se presentan síntomas de riesgo elevado de padecer glaucoma es importante acudir al oftalmólogo anualmente para realizarse un examen completo del ojo. La recomendación es realizar pruebas de detección del glaucoma cada 2 años para las personas menores de 40 años, revisiones anuales a partir de los 40 años hasta los 65 años y de 6 meses una vez superados los 65 años.

Existen diferentes exámenes diagnósticos para confirmar o descartar la presencia de glaucoma en un paciente:

  • Toma de presión intraocular – Es una prueba que se efectúa de modo rutinario que mide la presión ocular a partir de la tonometría y el examen del nervio óptico, mediante la oftalmoscopia.
  • Fondo de ojo – al dilatar la pupila observaremos la parte interna del ojo con la ayuda de lentes de aumento y examinaremos la retina. Con este examen se verifica si el nervio óptico o la capa de fibras nerviosas están dañados.
  • Campo visual (campimetría) – es la prueba más tradicional la cual nos indica la existencia de si la hubiera de algún deterioro visual periférico o lo que es lo mismo una disminución del campo visual.
  • Estudios estructurales (OCT – tomografía óptica de coherencia) es el examen más moderno realizado mediante un “scanner laser”. Este tipo de exploración nos dice con precisión el espesor de la capa de fibras nerviosas de la retina y del nervio óptico. Un adelgazamiento de estas fibras pueden evidenciarse antes de que aparezca una disminución en el campo visual.

Prevención

Ya hemos comentado que el factor principal y más sensible para padecer glaucoma es la presión intraocular alta. Pero ¿Se puede prevenir la presión intraocular alta?

Sabiendo que a día de hoy se desconocen los posibles motivos que predisponen a un aumento de la presión intraocular, sí conocemos los indudables beneficios que obtenemos si llevamos una vida saludable los cuales todos los especialistas aconsejan:

  • Hacer ejercicio varios días a la semana
  • No consumir alcohol y tabaco
  • Llevar una dieta saludable y equilibrada rica en vitaminas (B, B6, B12, C, E), ácido fólico, carotenos, luteína…

 

Tratamiento

El tratamiento más adecuado para el glaucoma depende mucho del diagnóstico y el tipo de glaucoma. A grandes rasgos hay 2 maneras de controlar la hipertensión ocular:

  • Tratamiento terapéutico – es el tratamiento inicial. Consiste en la administración de medicamentos en forma de colirios hipotensores para bajar la tensión ocular hasta valores normales.
  • Tratamiento quirúrgico – este tipo de procedimiento se utiliza en casos más graves y cuando no se ha logrado controlar la presión intraocular ni detener el progreso de la enfermedad. La técnica principal se denomina trabeculectomía y es una cirugía mínimamente invasiva, que consiste en la colocación de pequeños dispositivos de drenaje en forma de tubo en el interior del ojo creando una ruta de drenaje del humor acuoso en dirección al espacio conjuntival.